Por la mañana todos nos levantamos un poco tristes porque se acabase nuestra "pequeña" aventura, y digo pequeña, porque eso esperábamos que fuese, pero fue todo lo contrario, estuvimos hasta dos veces en el Hospital, Diego soñó cosas raras y yo me caí a un río. Este viaje nos ha encantado a todos y ha sido maravilloso, repetiríamos sin dudar.
Cuando llegamos al Aeropuerto nos montamos en el avión y nos
dimos cuenta de que faltaba Pablo, y tuvimos que ordenar que no despegasen para
irle a buscar, solo nos dieron 10 minutos pero los aprovecharíamos bien pues
solo pensamos que podía estar en dos lugares:
La cafetería porque tenía wifi o en las máquinas
dispensadoras para comer algo en el vuelo y resulta que no estaban en ninguno
de esos dos sitios. Carlos y yo le intentamos llamar, pero no cogía el
telefono, y Diego volvió al avión para ver si nos dejaban 5 minutos más. Fue
cuando vimos venir corriendo a Diego y nos dijo que Pablo ya estaba sentado en
el avión, pues al salir a buscarle nos habíamos cruzado con él sin darnos
cuenta, y también nos dijo que teníamos 3 minutos para subir al avión antes de
que despegase.
Después de correr muchísimo conseguimos montarnos para ir a
Madrid. Allí todos nos dormimos, y el tiempo pasó volando.
Cuando aterrizamos en Madrid nuestro coche de Bla Bla Car
nos estaba esperando para llevarnos a Palencia. Fueron 3 horas de viaje y nos
entretuvimos de diversos modos, la primera hora nos volvimos a dormir, después
estuvimos comiendo unas chuches y la última hora del trayecto jugamos a un
juego peculiar, se trataba de que cada uno elegía un color y quién viese más
coches de su color ganaba, el premio era que cada uno le daba un euro, y el que
menos coches viese tenía que pagar el coche de Bla Bla Car. Ganó Carlos y
perdió Diego así que a él le tocó pagar el coche.
Cuando llegamos Palencia era casi la una de la mañana así
que íbamos a pedir un taxi para volver cada uno a su casa pero como se nos
hacía raro no pasar esa noche juntos, como las anteriores, quisimos hacer una
última cosa, ir a ver al cine una película en sesión de noche. Carlos la iba a
pagar pues el ganó el juego, la peli era en tres dimensiones así que la
disfrutamos mucho. Cuando está acabó, ahora sí cada uno se fue a su casa,
recordando seguramente la mejor experiencia de nuestras vidas.
Es una pena que os hayáis olvidado de poner la última entrada de valoración del blog
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